Tabla de contenidos:
- España
- Conflicto: Primera Guerra Mundial
- Instauración: 1919 por el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes
- Antigüedad: 1919 – 105 años
- Medallas acuñadas: 500 (no entregadas todas)
- Escultor y fabricante: Juli Vallmitjana
- Clase: Única
- Forma: Circular
- Anverso: Un soldado con el casco M15 Adrian, típico del ejército galo, una rama de laurel y la inscripción SANS PEUR, SANS PITIE (sin miedo, sin piedad).
- Reverso: Escudo de Cataluña, con una hoja de laurel y una palma y la inscripción CATALUNYA ALS VOLUNTARIS CATALANS 1914-1918
- Cinta:
- Peso: 21 g
- Grosor: 4,93 mm
- Tamaño: 32 mm de diámetro
- Material: Bronce patinado
- Ref.: 24-WEB155-38 – Numismática La Lonja
La medalla
Fue creada inmediatamente después de la guerra por el Comité de Voluntarios Catalanes (Comitè de Germanor amb els Voluntaris Catalans) que, durante la guerra, se encargó de patrocinar los compromisos de los catalanes españoles en el ejército francés para servir en la Legión Extranjera. (La bandera del 3er Regimiento de Infantería Extranjero también está condecorada con esta medalla).
Sabemos que España se mantuvo al margen de los dos conflictos mundiales del siglo XX pero, aún así, en ambos se produjo la participación de varios grupos de voluntarios españoles. En el caso de la Primera Guerra Mundial en 1916 el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes reclutó un contingente de voluntarios catalanes, para ser integrados en una Legión de Voluntarios Catalanes dentro del ejército francés. Al finalizar la guerra, se encargó al escultor Juli Vallmitjana el diseño de una medalla que se entregaría a los Voluntaris, en reconocimiento a su lucha en Francia. Con el tiempo, ésta se convertiría en una de las condecoraciones no oficiales de la Primera Guerra Mundial más buscadas entre los coleccionistas galos.
La Medalla de los Voluntarios Catalanes es una medalla honorífica no oficial entregada por el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes. Actualmente figura entre las condecoraciones honoríficas del 3º Regimiento de la Legión Extranjera de Francia.
Otros comités
Como apoyo a los participantes en la guerra se fundó en Madrid el «Patronato de Voluntarios Españoles» gestionado por Jacobo Fitz-James Stuart (Duque de Alba).
No sólo el ejército francés recibió solicitudes de reclutamiento. Existe el caso de un voluntario español, nacido en Canfranc (Huesca), que participó en la PGM, alistándose y luchando en el ejército de los Estados Unidos, su nombre era Antonio Beltrán Casaña.
El diploma recuerda las batallas en las que participaron las unidades de la Legión en las que lucharon estos voluntarios:
- Prunay
- Arras
- Cote 140
- Verdun
- Champagne 1916 – 1917 y 1918
- Flandres
- Somme
- Lorraine
- Soissons
- Belloy en Santerre
- Montagnes de Paris
- Plateau de Laffaux
- Dardanelles
- Serbie
- Bulgarie
Realizado por los establecimientos Vallmitjana de Barcelona, es de bronce patinado y suspendido de una cinta de tejido bastante tosco con los colores de Cataluña. En la tradición española, esta cinta está rematada con un broche de metal dorado con un alfiler para sujetarlo a la ropa.
Voluntarios Catalanes en la Primera Guerra Mundial
Voluntarios Catalanes en la Primera Guerra Mundial es un término que hace referencia a aquellos catalanes, algunos con ciudadanía francesa y otros no, que lucharon como voluntarios en el ejército francés para apoyar a los aliados durante la Primera Guerra Mundial.
Los catalanes del Principado de Cataluña, en tanto que ciudadanos españoles y por tanto extranjeros en Francia, se alistaron en el Regimiento de Marcha de la Legión Extranjera. Los norte-catalanes, en cambio, a causa de su ciudadanía francesa, fueron alistados en los regimientos franceses del Ejército de Francia.
Número
El número de catalanes que participaron fue motivo de controversia durante los años 1920, debido a la utilización política que quiso hacer el incipiente independentismo catalán. Esto también fue ayudado por el secretismo de las autoridades francesas durante la guerra en cuanto a los destinos de los soldados, su nacionalidad y su número, lo que facilitó que muchos periodistas exageraran las cifras. Se ha hablado de 10.000 voluntarios catalanes (algunos incluso de 20.000).
Sin embargo, el estudio de David Martínez i Fiol, basado en los archivos del doctor Joan Solé i Pla y en documentación de la Legión Extranjera Francesa, reduce la cifra a 954 voluntarios, repartidos en cinco grupos:
- Nacidos en Cataluña, 546
- No identificados pero considerados catalanes, 270
- Roselloneses, 48
- Pancatalanes, 71
- Otros no identificados, 19
De éstos, quizás unos 30 eran militantes nacionalistas reales.
Significación política de los Voluntarios Catalanes
Cuando estalló el conflicto, muchos catalanes que se encontraban en Francia por razones diversas (algunos huían de la justicia española) se alistaron en la Legión Extranjera, mientras otros, como el esperantista Frederic Pujulà i Vallès, lo hacían en ejército regular.
Simultáneamente, los grupos catalanistas más radicales, como Unió Catalanista, dirigida por Domènec Martí i Julià, y Esquerra Catalanista, de Antoni Rovira i Virgili, consideraron que el catalanismo debía tener política exterior propia para lograr una proyección internacional (a imitación del Consejo Nacional de Bohemia y de la Oficina de Prensa Polaca), por lo que decidieron apoyar a los voluntarios catalanes que luchaban bajo bandera francesa. El apoyo catalanista a los aliados aumentó después de la batalla del Marne y elevaron a la categoría de héroe al general norcatalán Josep Joffre.
Muchos catalanistas participaron en la fundación de la revista Iberia (abril de 1915), que apoyaba la causa aliada, a la vez que Frederic Pujulà fundaba la revista La Catalogne en París. Asimismo los dirigentes de Unió Catalanista Joan Solé i Pla, Alfons Maseras y Lluís Massot y Balaguer contactaron con algunos catalanistas alistados en el ejército francés, como Pere Ferrés-Costa y Camil Campanyà y Mas, director de la revista La Trinxera Catalana. También recibieron algún apoyo de la revista rosellonesa Montes Regalados. Sin embargo, hasta febrero de 1916 no se constituyó el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes, presidido por Solé y Pla, para enviar ayuda a los voluntarios y canalizar su presencia en las cancillerías europeas.
El Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes
Con este Comité fundado en 1916 se pretendían establecer un Comité Nacional Catalán inspirado en el checo. Alfons Maseras y Pere Balmañà, jefe del Centro Catalán de París, mantuvieron contacto con los voluntarios y forzar su presencia política, traducida en la creación en noviembre de 1916 del Comité Pro Lituania.
Los intentos de buscar un líder popular entre los voluntarios fueron interrumpidos por la muerte al frente del Somme de Pere Ferrés-Costa (1915) y de Camil Campanyà en 1916, y debido a que el más popular, Melchor Ferrer Dalmau, era carlista.
Durante 1917 el interés por los Voluntarios se apaciguó a causa de la muerte de Domènec Martí i Julià, el declive definitivo de la Unión Catalanista, la huelga general de 1917 y la Asamblea de Parlamentarios.
Esto, junto con el estallido de la Revolución Rusa el mismo año, provocó que algunos miembros del estado mayor francés vieran a los catalanes como posibles revolucionarios. El doctor Solé i Pla fue encarcelado durante la huelga. La Liga Regionalista y Francesc Cambó, que no habían prestado demasiado interés por la causa de los voluntarios, decidieron no apoyarla.
La Legión Extranjera de Francia
Los voluntarios catalanes no formaban una unidad autónoma en la Legión Extranjera Francesa. Ingresaron en el Regimiento de Marcha de la Legión Extranjera, subdividido éste en el 1º, 2º y 3º regimientos. La presencia catalana se centró mayoritariamente en el 1er Regimiento de Marcha de la Legión Extranjera.
El mito de los 10.000 voluntarios catalanes
El interés renació con los Catorce puntos de Wilson en enero de 1918. Entre agosto y septiembre de 1918 aparecieron las revistas Som y L’Intransigent, donde participaban los jóvenes Vicenç Albert Ballester, Daniel Cardona y Civit, Domènec Latorre i Soler y Josep Maria Batista i Roca, antimonárquicas y contrarias a la Liga, que contribuyeron a la difusión del del mito de los 10.000 voluntarios catalanes que participaron en el conflicto.
En noviembre de 1918 la Liga Regionalista inició su campaña en favor del estatuto de autonomía y volvió a interesarse por los voluntarios con finalidad propagandística. Asimismo, Unió Catalanista y el Partit Republicà Català apoyaron al Comité Nacional Catalán, recientemente constituido en París por Daniel Domingo y Montserrat. Francesc Cambó viajó a París para entrevistarse con Henri Poincaré, pero el conde de Romanones llegó antes y lo dejó fuera de juego. El 26 de enero de 1919 redactaron un texto alternativo de estatuto, pero la previsible radicalización de Cambó se desvaneció tras la huelga de la Canadiense (1919). Finalmente, Cambó aceptó un ministerio en el gobierno español y perdió todo interés en el tema.
El Comité Nacional Catalán permaneció en París como un órgano residual de exiliados y emigrados radicales, que funcionó como oficina de apoyo a Francesc Macià ya Estat Català durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Diploma y medalla del Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes
Médaille des Volontaires Catalans. La Medalla de los Voluntarios Catalanes es una medalla honorífica no oficial entregada por el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes a los veteranos catalanes de la guerra. Actualmente figura entre las condecoraciones honoríficas del 3er Regimiento de la Legión Extranjera de Francia.
Monumento a los voluntarios catalanes
Impulsado por Joan Solé i Pla, se encargó a Josep Clarà un monumento a los voluntarios catalanes a instalar en el Parc de la Ciutadella. Cuando el monumento estuvo terminado, llegó la dictadura de Primo de Rivera, con lo que su inauguración finalmente fue el 14 de julio de 1936.
Algunos combatientes
JOAN SOLÉ I PLA
Barcelona, 1874 – Barranquilla, 1950
Médico y político, fue uno de los dirigentes de la Unión Catalanista en varios períodos. Participó en organizaciones médicas, benéficas y pedagógicas, y fue miembro de la Academia de Homeopatía de Cataluña. En febrero de 1916 participó en la fundación del Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes, y se convirtió en su impulsor principal. Apoyó al Comité Nacional Catalán de París en 1919. En 1932 fue elegido diputado en el Parlament de Catalunya por ERC. Después de la guerra, se exilió en Colombia, donde fue catedrático en la Universidad Atlántica de Barranquilla, y también fundó el Casal Català y fue director del Museo Botánico de la ciudad. En los últimos años colaboró en la prensa catalana publicada en el exilio. Su fondo personal se conserva en el Archivo Nacional de Cataluña.
FREDERIC PUJULÀ Y VALLÈS
Palamós, 1877 – Bargemon, 1963
Periodista y escritor, republicano catalanista de orientación federalista, fue un destacado esperantista. Es autor de diversas narraciones y obras dramáticas. Enrolado como soldado regular francés, combatió al Marne y Verdun, entre otros frentes. Muy conocido en Cataluña, escribió el testimonio de su experiencia mayoritariamente para el diario El Poble Català, y la recogió en dos volúmenes: De la trinchera estant (1918) y En el reposo de la trinchera. Cartas del soldado al amigo. Después del armisticio, fue durante muchos años redactor del diario El Diluvio.
PERE FERRÉS-COSTA
San Vicente de los Huertos, 1888 – Neuville-Saint Vaast, 1915
Poeta y pedagogo, antes del estallido de la guerra, había trabajado en Moscú. Colaborador del diario Las Noticias, al estallar la guerra se alistó en la Legión Extranjera, convirtiéndose en uno de los primeros líderes del voluntariado catalán. Enviaba sus crónicas al diario, que fueron compiladas con algunos poemas en el volumen póstumo Proeses de amor y patriotismo. Cayó en combate en el frente de Artois el 9 de mayo de 1915, y fue homenajeado al año siguiente en su pueblo natal.
CAMIL CAMPAÑÁ Y MAS
Barcelona, 1892 – Belloy-en-Santerre, 1916
Dirigente de la Juventud Catalanista, filial de la Unión Catalanista, colaboró en los diarios La Tralla y La Nació. Por razones políticas había huido a Santiago de Cuba y después a Francia. Cuando empezó la guerra, organizó una oficina de reclutamiento de voluntarios catalanes y se alistó en la Legión Extranjera. Fundó La Trinchera Catalana en 1915 y se convirtió en el miembro más carismático y visible del voluntariado catalán. Murió al frente del Somme en julio de 1916.