Medalla conmemorativa de 1870-1871

• Bélgica
• Conflicto: II Guerra Mundial
• Instauración: 20 de septiembre de 1911
• Antigüedad: 1911 – 113 años
• Clase: Única
• Forma: Circular
• Anverso: En el centro el escudo de armas del reino bajo la corona real, en su versión pequeña. A izquierda y derecha, a lo largo de los bordes de la medalla, la inscripción en relieve L’A UNION FAIT LA FORCE (La unión hace la fuerza).
• Reverso: Arriba en el centro el monograma del rey Alberto I de Bélgica, debajo las fechas 1870-71
• Cinta:
• Peso: 17 g
• Grosor: 3,5 mm
• Tamaño: 31,6 mm de diámetro
• Material: Bronce patinado
• Ref.: 24-TC012-33

La medalla

La medalla conmemorativa de 1870-1871 (Médaille commémorative 1870-1871) fue una medalla conmemorativa belga creada por decreto real el 20 de septiembre de 1911 y otorgada a todos los miembros del ejército belga que fueron movilizados durante la guerra franco-prusiana entre el 15 de julio 1870 al 5 de marzo de 1871.

Diseño

La medalla conmemorativa de 1870-71 era una medalla circular de 32 mm de diámetro tallada en bronce con bordes elevados. Su anverso llevaba las armas pequeñas del reino bajo la corona real. A izquierda y derecha, a lo largo de los bordes de la medalla, la inscripción en relieve “LA UNIÓN HACE LA FUERZA”. El reverso llevaba el monograma del rey Alberto I de Bélgica encima de las cosechas 1870-1871 inscritas en relieve.

La medalla estaba suspendida por un anillo a través de una bola, de una cinta de seda muaré de 35 mm de ancho y dividida en siete bandas longitudinales iguales de 5 mm, con los colores de la bandera belga.

La guerra

Los belgas no participaron como beligerantes en la guerra franco-prusiana de 1870-1871, pero la sociedad y la vida política belgas se vieron fuertemente afectadas, en particular por el miedo a una invasión por parte de cada uno de los beligerantes. Este miedo llevó a una reforma del servicio militar y el servicio militar obligatorio y a un programa de fortificación que influyó mucho en los primeros días de la Primera Guerra Mundial.

Pánico inicial y movilización

Se creía ampliamente que en caso de una guerra entre Francia y Prusia, el primer acto sería un ataque a través de Bélgica por parte de cualquiera de ellas. De hecho, al comienzo de la guerra, el mariscal francés Canrobert colocó un cuerpo de ejército completo (compuesto por cuatro divisiones de infantería) en Châlons-sur-Marne, en el noreste de Francia, como reserva y defensa contra un posible avance prusiano en Bélgica.

Por eso, cuando se recibió la declaración de guerra, el gobierno belga temió ser tomado por sorpresa. Las reservas de oro del Banco Nacional fueron transferidas a la fortaleza de Amberes incluso antes de que la noticia se hiciera pública y se movilizara el ejército.

Cuando se difundió la información, cundió el pánico: muchos militares temían que, durante las maniobras, tanto los franceses como los prusianos, queriendo aprovechar una ventaja estratégica durante las batallas a lo largo de Bélgica, sobrepasarían la frontera belga y el ejército belga sería incapaz de repelerlos. De hecho, en las inmediaciones del territorio belga tuvieron lugar importantes batallas como la batalla de Sedán, pero Bélgica nunca fue atacada ni invadida.

Es probable que ambas partes evitaran un ataque vía Bélgica, debido a la neutralidad del territorio garantizada por el Reino Unido desde el Tratado de Londres de 1839.

Consecuencias

La guerra franco-prusiana hizo que los belgas tomaran conciencia de la precaria situación de su país en caso de conflicto entre las dos potencias vecinas. En los años posteriores al conflicto, el ejército se modernizó. El sistema de sustitución mediante el cual el ciudadano rico elegido por sorteo para realizar el servicio militar podía pagar a un joven menos acomodado para que lo sustituyera, parecía contrario al interés general y militar y a la justicia social.

El rey Leopoldo II estaba especialmente interesado en abolir este sistema y utilizó su influencia política para intentar persuadir a los parlamentarios de que apoyaran la reforma.

Las reformas, encabezadas por d’Anethan, bajo presión del rey, dividieron a los políticos belgas. Los católicos unidos a los liberales del hermano Orban se oponen. Las dos principales facciones políticas, los liberales y los católicos, están unidas para mantener el reemplazo. Sólo el Partido de los Trabajadores belga está a favor del servicio militar para todos. La reforma fracasó cuando el gobierno de Anethan cayó el 1 de diciembre de 1871 tras un escándalo.

El general de división Guillaume, ministro de Guerra y ex ayudante de campo del rey, presionó al gobierno para que adoptara la política del servicio militar personal, pero no logró convencerlos y renunció al gabinete el 10 de diciembre de 1871.

El rey Leopoldo II quería una reforma justa y la eliminación de reemplazos.

Finalmente se suprimen el empate y la sustitución. El 14 de diciembre de 1909, pocos días antes de su muerte, Leopoldo II vio recompensados ​​sus esfuerzos y aprobó el servicio militar de «un hijo por familia», lo que permitió contar 255.000 hombres bajo las banderas en el umbral de la Primera Guerra Mundial, por un servicio de 15 meses para la infantería, 24 meses para la caballería y la artillería a caballo.

En 1909, el sistema establecido suponía 8 años de servicio militar efectivo y 5 años de reserva. Esto debería haber aumentado el tamaño del ejército belga a más de 100.000 hombres entrenados. La construcción de una cadena de fuertes a lo largo de las fronteras belgas se intensificó y dio lugar a una serie de fortificaciones muy modernas, incluida la «Reduit nacional» de Amberes y las posiciones fortificadas de Lieja y Namur. La mayoría de estos fuertes son obra del arquitecto militar belga Henri Brialmont.