Legión de Honor

  • Francia
  • Categoría: Chevalier (Caballero)
  • Concesión de esta pieza: Años 20 del s.XX, al militar español Manuel Larraz Tamayo
  • Antigüedad: 104 años
  • Periodo: Tercera República Francesa
  • Creación: 19 de mayo de 1802 por Napoleón Bonaparte
  • Primera concesión: 15 de julio de 1804
  • Miembros a 15 de julio de 2010:
    • Caballeros: 74.834
    • Oficiales: 17.032
    • Comandantes: 3.009
    • Grandes oficiales: 314
    • Grandes Cruces: 67
  • Forma: Diseño inspirado en la cruz de la Orden del Espíritu Santo. Es una estrella con cinco rayos dobles y los diez puntos abotonados. Los rayos están conectados por una corona compuesta de hojas de roble (derecha) y laurel (izquierda) y cuyos extremos inferiores, entrecruzados, están unidos por un lazo. La estrella está suspendida de una corona de hojas esmaltada en verde y compuesta de hojas de roble (esta vez a la izquierda) y laurel (a la derecha).
  • Anverso: El centro de la estrella tiene un medallón de oro con una cabeza de Ceres de perfil a derecha, que simboliza la República, rodeados por un círculo azul, con las palabras REPUBLIQUE FRANÇAISE 1870.
  • Reverso: El medallón central lleva dos banderas tricolores con la inscripción HONNEUR ET PATRIE (Honor y Patria).
  • Cinta: heredada de la orden militar de Saint-Louis.
  • Peso: 24 g
  • Grosor: 8,3 mm
  • Medidas: 40 x 59 mm (sin cinta).
  • Material: Plata y esmalte

Introducción

La Orden Nacional de la Legión de Honor (Ordre national de la Légion d’honneur) es una condecoración concebida para ser entregada en vida o con carácter póstumo a civiles y militares por sus méritos y siempre que fuesen activos defensores de la libertad y de la igualdad

Origen e historia

Creada el 19 de mayo 1802 por el entonces cónsul Napoleón Bonaparte. Esta idea despertó cierta oposición entre aquellos sectores de la sociedad francesa de la época que opinaban debía otorgárseles solamente a militares, pero finalmente prevalecieron sus criterios de incluir también a civiles. Una vez investido como emperador, y en su calidad de Gran Amo de la Orden, Napoleón Bonaparte presidió la primera ceremonia de imposición, que tuvo lugar en 1804 en el hotel Invalides de París.

En 1805, como parte de los beneficios que ella otorgaba se inauguraron escuelas para las hijas de los miembros de la Legión y, después, hospitales para legionarios enfermos o proceso de restablecimiento de sus dolencias. De acuerdo con lo postulado establecido por su fundador, a cualquiera de las categorías de la Legión se admiten el ingreso, por igual, a mujeres y hombres, a civiles y militares, franceses o extranjeros y creyentes o no creyentes, que durante 20 años o más hayan tenido logros sostenidos en su vida al servicio de la sociedad en tiempo de paz o extraordinarias actitudes en tiempo de guerra.

En estos últimos casos se acompaña automáticamente con la medalla de la Cruz de la Guerra la más alta condecoración conferida por el ejército francés. Durante su Consulado y el primer imperio, junto a Napoleón Bonaparte como Gran Amo del Orden, un concilio de 7 funcionarios administró las 15 unidades que formaban su estructura territorial. Actualmente el presidente de Francia ostenta la categoría de Gran Amo, y la Orden es administrada por un canciller civil apoyado en un concilio nombrado por el Presidente.

Evolución

Categorías

La Gran Cruz está limitada a 80 miembros; Gran Oficial, 200; Comandante, 1.000; Oficial, 4.000; Caballero, ilimitado.

El propio Napoleón Bonaparte hizo unas 48.000 nominaciones. Los extranjeros incluidos en las categoría de más alto nivel que los Chevalier, son supernumerarios. La promoción de una a otra categoría se hace según la hoja de servicio del destinatario de la Orden; sin embrago por servicios extraordinarios puede accederse directamente a cualquier nivel de ella. Los propios cambios en la historia francesa han ido determinando a lo largo del tiempo el contenido de la insignia de la Legión de Honor. Originalmente, la estrella de la Orden ostentaba la efigie de Napoleón orlada por una corona de hojas de laurel y roble, mientras el otro lado se encontraba un águila que sostenía un rayo con el lema blasonado Honneur et Patrie.

Durante la primera restauración, Luis XVIII, en 1814, reemplazó la imagen de Napoleón por la del rey Enrique IV de Francia, y en el otro lado introdujo el emblema de la flor de lis real. En 1870, Napoleón III restauró en parte la insignia original, aunque sustituyó la antigua efigie de Napoleón por la de una mujer que representa la República. En la insignia de la Legión esta cabeza está orlada con la inscripción République Française; al reverso, sobre una banda tricolor, se cosigna el lema Honneur et Patrie.

Manuel Larraz Tamayo

Nació en Laguardia, Logroño, en 1883, hijo de José y Victoriana; falleció en Barcelona en 1954 a los 71 años. Tuvo al menos un hermano nacido en 1886, también militar, llamado José, que fue sometido en 1939 a un Consejo de Guerra, en el que fue absuelto de todos los cargos. Contrajo matrimonio con María Ramos de Molins y tuvo tres hijos, Manuel († 3/05/2005 – 88 años), María del Carmen († 18/03/2019 – 91 años) y Amelia († 17/09/2010 – 88 años).

  • 2/7/1903 – 20 años – Aprueba los exámenes de ingreso a la Academia de Infantería.
  • 13/7/1906 – 23 años – Termina su preparación en la academia como Segundo Teniente.
  • 18/7/1906 – 23 años – SEGUNDO TENIENTE – Se le destina al Regimiento de Vergara nº57
  • 20/6/1913 – 30 años – CAPITÁN – Se le asigna destino en la Capitanía General de la 4ª Región para prácticas reglamentarias durante dos meses, julio y agosto.
  • 22/3/1916 – 33 años – CAPITÁN DE ESTADO MAYOR – Se le concede licencia para contraer matrimonio.
  • 18/10/1920 – 37 años – CAPITÁN DE ESTADO MAYOR – Pasa de disponible en la cuarta región y en comisión en la Capitanía General de la misma, a Jefe de Estado Mayor de la segunda brigada de la séptima división (Barcelona).
  • 1920 – 37 años – Se le concede la Cruz de la Orden de Carlos III
  • 1921 – 38 años – Fue nombrado Gentilhombre de Cámara con ejercicio.
  • 31/5/1923 – 40 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Participa en la la Procesión de Corpus de Barcelona con la brigada al mando del general D. Eduardo López de Ochoa, compuesta por la fuerza disponible del regimiento de Vergara y por los regimientos de infantería de Alcántara, Jaén y Badajoz.
  • 10/1923 – 40 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – En la publicación El Somatén, editada en Madrid, se le cita en este artículo de Joaquín Téllez de Sotomayor:

Homenaje del pueblo catalán a la Bandera de la Patria
La primera ocurrió durante una de las estancias de S. M. en Barcelona, estando yo de guarnición en la ciudad Condal. Era la época del catalanismo, era la época en que en Madrid se creyó que en Barce- lona había germinado y dado frutos un sentimiento separatista, que, noblemente debo decir, que si existió, sólo fué en el cerebro de cuatro locos o cuatro desgraciados que se disponían a lucrarse por medios que tienen sabor de alcantarilla, tan bajos y hediondos son.
Pues bien, señores, yo estuve en el muelle para rendir honores al jefe del Estado que embarcaba en el «Giralda». Serían las seis de la larde; lloviznaba; yo debía volverme, una vez rendidos los honores, por la Ronda, un camino triste y solitario; el abanderado, que llevaba la insignia, hoy capitán de Estado Mayor, D. Manuel Larraz, y a quien dedico un recuerdo cariñoso en este momento, fué el que dio origen al hecho que relato. Esperábamos a Su Majestad, y hablando conmigo en patriota, en español de pura raza, me dijo sencillamente:
—¿No le parece a usted, mi capitán, que volver por la Ronda con la Bandera parece indicar que
tememos exhibir nuestra santa Enseña?
Contestaba yo expresándole los temores que en aquel entonces había en Barcelona por parte de nuestras autoridades; un sólo silbido al paso de mi compañía, seguramente, por mi parte, y la de mis oficiales y soldados, hubiera provocado un conflicto.
—Mi capitán— me repuso el muchacho—, las grandes situaciones se han salvado a veces por las grandes corazonadas.
Por toda respuesta, llamé al cabo de gastadores, y le ordené que, yendo por las Ramblas, «por en medio de las Ramblas», y pasando por la calle de Fernando, la más populosa tal vez de Barcelona, tomase la dirección de nuestro cuartel.
Embarcó nuestro Soberano, puse mi tropa en columna, y antes de ordenar la marcha, tuve un momento, rápido, pero momento, al fin, de temor; sin embargo, parodiando a César, pronuncié mi «Alea jacta est», y enfilé mi compañía hacia la Rambla, marchando marcialmente al compás de un pasacalle de Chueca…
¡Ah!, señores, quisiera llegase a mi la evocación que dirige el pincel de un Sorolla o de un Bilbao, o la que mueve la mano de un Querol o de un Benlliure, para poder contaros lo ocurrido aquella tarde: Miles, señores, miles de catalanes, no se contentaron con saludar a la santa Insignia que a mi derecha llevaba enhiesta gallarda, flameando orgullosa, el abanderado, sino que la siguieron, señores, gritando como locos: «¡Viva España! ¡Viva el Ejército!»
El desfile por la calle de Fernando, calle sin la anchura de las Ramblas, fué más sublime, más grande, más emotivo; todos los balcones estaban repletos de señoras, que todas ellas, sin dejar una, testificaban su homenaje a nuestra Bandera agitando nerviosamente en un saludo ferviente sus pa- ñuelos blancos.
La música, repercutiendo sus ecos en las fachadas, el clamoreo de la multitud que vitoreaba, poseída de patriótico entusiasmo, y las señoras, que daban con su saludo la pincelada al cuadro todo colorido, todo emoción, es cosa para relatada por otro que no sea yo. Si yo lo cuento, es porque fui actor de aquella obra dramática, cuyo constante motivo de tensión, era la Patria y la Bandera… Me volví a mi abanderado, vi que las lágrimas caían por sus mejillas, y balbuciente le digo a mi oficial:
—¡Está usted llorando!
—Como usted, mi capitán, como usted.
Yo, sin darme cuenta, tal estaba abstraído, tenía humedecidos mis ojos llorosos. Llegamos al cuartel, y, al depositar la Insignia en el cuarto de Banderas, al cruzar frente a la calle, una multitud abigarrada rompió en un loco aplauso que duró largo rato.

  • 28/4/1925 – 42 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Se confirma la declaración de aptitud para el ascenso del comandante de Estado Mayor Manuel Larraz Tamayo.
  • 30/1/1927 – 44 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Está incluido en el listado de recompensas por méritos de guerra, publicado en el periódico ABC.
  • 23/5/1927 – 44 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Se le concede la Cruz de San Hermenegildo con antigüedad de 2 de marzo de 1925
  • 31/5/1927 – 44 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Cursa visita al Capitán General Emilio Barrera, en unos días de permiso de su destino en Melilla. Recientemente había fallecido la hija de Manuel Larraz.
  • 21/11/1928 – 45 años – COMANDANTE DE ESTADO MAYOR – Se le concede un premio de efectividad de 1.000 pesetas anuales.
  • 14/8/1929 – 46 años – TENIENTE CORONEL DE ESTADO MAYOR – Pasa a situación de Supernumerario sin sueldo.
  • 22/6/1931 – 48 años – TENIENTE CORONEL DE ESTADO MAYOR – Se le concede el retiro a petición propia.
  • 5/4/1936 – 53 años – TENIENTE CORONEL DE ESTADO MAYOR (retirado) – Se le concede la antigüedad de 21 de julio de 1934 en la Placa de la Orden de San Hermenegildo que se otorgó.
  • 7/9/1954 – 71 años – TENIENTE CORONEL DE ESTADO MAYOR (retirado) – Fallece en Barcelona.
La Vanguardia Española 14/9/1954

Estudio sobre la orden de Tommaso Cherubini

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